miércoles, 25 de octubre de 2017

LIBERTAD

Libertad, qué bonito nombre tienes. Y qué bella eres. Llegas, sin buscarte pero sí soñarte, sin forzarte pero sí anhelarte. Llegas, llegas tan de repente, tan pura. Y lo cambias todo. Alumbras mi vida en un momento en que ya comenzaba a resbalar de la cuerda floja cual equilibrista de circo que se precipita al vacío, y muere. Y yo no quería morir. Ni quiero.

Yo quiero ser tú, libertad, feliz y despreocupada como la sonrisa de un niño el día de Reyes, fuerte y valiente como una leona defendiendo a su cachorro de una manada de hienas; capaz y sencilla y como el vuelo de un pájaro. Quiero ser libre, como Nueva York, y la estatua levantada en tu honor, libre como el que camina por la calle y sonríe sin saber por qué. Libre como estos versos que inundan el papel. Libre como Lorca, su poesía y su alma, libre como los sueños, como esa estrella fugaz que brilla y desaparece a su antojo, sin importarle que unos ojos no hayan tenido el tiempo de observarla y pedir algún que otro deseo. Libertad, quiero ser libre, libre como tú.



lunes, 28 de agosto de 2017

EL BARCO

Nunca he sido de los que cogen el walkie y llaman a la guardia costera y a las autoridades para que lo salve cuando el barco se va a pique, a pesar de que eso implique poner la vida de otras personas en riesgo. Yo nado, y sino, me ahogo.

Siempre he sido de los que se hunde con el barco.


martes, 16 de mayo de 2017

ME PARTE

Otra vez tú y yo, otra vez el tiempo que ya me desgastó. Otra vez que duele, otra vez que huele a bajón y tiemblo, otra vez que no se para el tiempo. Pienso en lo que hice, pienso en lo que nunca me dije, pienso en la fuerza que quise, pienso en salir de esto sin tener que escribir, y quiero, pienso en hacerlo de verdad y hacerlo sin ti, no puedo. Estoy luchando, no te imaginas cuánto. Estoy soñando que esto se termina pronto, que puedo con todo. Estoy imaginando que me miras y me alzas, pero qué va, me miro al espejo y sólo veo cómo te vas. A veces escribo cosas que no debo, pero lo necesito y siento que si callo muero por dentro. Al fin y al cabo este es mi tormento, escribo lo que siento aunque luego me arrepiento, es cierto. Cuando te miro a los ojos tengo miedo, no puedo decirte que te quiero y que deseo que vuelvas ya. Cuando te miro a los ojos me bloqueo, por lo que tu mirada dice, por lo que veo. Estoy perdiendo el tiempo, la vida se va y no vuelve, parece que los años curan, pero duelen. A estas alturas no tiene sentido esperarte, sé de sobra que no vas a regresar conmigo. Hoy me siento débil, porque me parte, porque me es demasiado fácil decir que ese chaval se fue, que te marchaste. Y mira que conozco bien el final, pero no puedo evitarlo, siempre lo quiero cambiar. Me he prometido muchas veces: "Ya no más textos", pero siempre termino sucumbiendo y escribiendo esto, me rompo y no me quedan más opciones. A veces ni siquiera sé cómo expresarme, tan sólo dejo que las palabras me rescaten.

lunes, 24 de abril de 2017

¡PRIMER DÍA SUPERADO!

Al fin llegó el día. Y tal como llegó, se fue. Y es que el tiempo pasa volando cuando estás en el colegio. Igual que sucede como con todo aquello que nos gusta y disfrutamos con pasión. He disfrutado, sí señor. Cómo necesitaba esto, cómo necesitaba volver a sentirme "maestro", cómo necesitaba volver a trabajar con niños y contagiarme de su felicidad, su inocencia, y por qué no, su rebeldía. Esta noche he dormido más bien poco a causa de los nervios, y, aunque parezca exagerado, ha sido llegar a casa, sentarme y empezar a sentir agujetas al poco tiempo. Y diréis, ¿agujetas de qué? Agujetas por los nervios. Lo sé porque es algo que me pasa en circunstancias que me generen incertidumbre o nerviosismo, como un examen. O como un nuevo comienzo de prácticas.

Sin embargo, la experiencia ha sido más que positiva. En primer lugar, me han vuelto a recibir con los brazos abiertos, y eso siempre se agradece. Vuelvo al mismo cole en el que cursé las prácticas de tercero, el mismo cole en el que estudié cuando era niño. Y claro, el hecho de conocer a todo el equipo educativo del centro, y saber que te van a tratar bien y te van a ayudar en todo lo posible, mejora la entrada y aplaca un poco esos nervios que sentía. Que, por cierto, no sé vosotros, pero a mí se me sigue haciendo súper raro estar sentado en sala de profesores junto a maestros que me dieron clase cuando era pequeño. Se me hace súper raro, y es algo que me encanta. Es un sueño cumplido al fin y al cabo.

A mi tutora ya la conocía, porque he ido varias veces durante el año a ver a mis niños de las prácticas pasadas y mi tutor del año pasado tuvo el detalle de presentármela. De forma que ya había contacto y tampoco era empezar desde cero en ese aspecto. Por lo que he podido percibir hoy, es una mujer comprometida, que se preocupa y se implica al máximo en el aprendizaje de los niños y niñas a los que da clase. Y además, lo hace divertido. Hace que el tiempo vuele en clase, y no sólo por los escasísimos 45 minutos de clase que tenemos en cada grupo, qué va. Es que se encarga de que sean interactivas y dinámicas. No sé si se deberá a que es joven, o a que, simplemente, trabaja de esta forma. No lo sé, pero me alegra que sea así.

He estado hoy en una clase de Infantil de cinco años, un cuarto de Primaria, un primero y dos terceros. Además en ese orden si no me equivoco. Y he tenido la suerte de poder realizar juegos con los niños y de poder desenvolverme un poco como maestro en clase. Cosa que, para ser el primer día, no está nada mal. Decir que ella ha tenido el detalle de presentarme en cada una de las clases en las que hemos estado y de hacer que los niños se presenten también. A día de hoy creo que aprenderme todos los nombres de todos los niños de todos los grupos a los que damos clase va a ser un RETO. Sí, un RETO en mayúsculas. Qué locura. Siento como los niños y niñas comienzan a respetarme y cómo se va fraguando esa relación y ese feedback tan imprescindible en esta profesión. Y me alegro mucho de que sea así.

Por último, así como posible handicap, me gustaría reseñar que en las clases de Infantil, e incluso en algún primero, segundo o tercero, mi tutora emplea canciones y bailes para el aprendizaje del inglés. Y claro, con lo tímido que soy, al principio voy a pasarlo mal, eso de cantar y bailar en público...pff. Y encima la cosa es peor si no sabes bailar, o bailas de regular para atrás. Pero bueno, me quiero tomar este asunto como una meta, y espero darlo todo para solventar este pequeño bache.

No os aburro más, compañeros y compañeras, espero que hayáis tenido un grandísimo primer día de prácticas y que hayáis disfrutado tanto como lo he hecho yo. Un saludo.

Juanma

domingo, 23 de abril de 2017

NERVIOS

Nervios》. No hay mejor palabra para definir mi estado en estos momentos. Y es que estoy realmente nervioso. Demasiado para ser yo. Tanto que incluso estoy algo preocupado. Llevo 2-3 días con insomnio a causa de esto, de los nervios. Nervios por las ganas de empezar, nervios por desear estar a la altura del reto que se presenta, nervios por volver a ver a mis peques, nervios por conocer a nuevos niños y niñas (y gustarles), nervios por la dureza del último mes de facultad...En fin, ya sabéis: nervios. Muchos nervios. Es tal la situación que son las 03:29 h de la madrugada, he vuelto de cenar y del cine con mi novia, y en vez de descansar me hallo escribiendo mi primera entrada en este blog conjunto que todos compartimos. Y todo con el deseo de desahogarme y expresar lo que siento. Al fin y al cabo los blogs y la escritura están para eso, ¿no?

En fin, no pienso alargarme mucho más. Me gustaría desearos a todos los que vivireis esta experiencia un feliz y provechoso período de prácticas. Espero que todos demos la talla, y, sobre todo, que disfrutemos como niños. Nunca mejor dicho.

Un saludo,

Juanma

domingo, 8 de enero de 2017

TE ECHABA DE MENOS.

Me olvidé el blog en un rincón abandonado. Muchas veces me llama, y me hago el que no lo escucha por tal de no decir nada. No me preocupo de cuidarlo ni un poquito, pero luego le echo en cara que no está cuando lo necesito. Perdóname...te juro que no lo hago con conciencia. Te juro que te busqué, te juro que me busqué. Pero me cuesta. A pesar de todo, me cuesta. Te juro que te esperé para escribir a toda costa, pero a estas alturas la inspiración sólo viene cuando te pegas la hostia. Y es que siento que el paso del tiempo me pesa en la espalda, y es que hay veces que ni hechos ni palabras me respaldan. Me miro en el espejo, me veo en el reflejo y sólo veo alguna que otra arruga, un par de canas y mucha barba. Dime si soy yo o es que es verdad que está lejos el chaval al que echo en falta.

Y es que el pasado muerde, y te va acumulando motivos por los que saltar del puente cuando el pecho te arde. Traté de ser un hombre, y lo logré, al igual que la belleza, tarde. Por eso hubo gente a la que casi perdí por cobarde.

Y ahora mismo, me arrepiento de fallos que cometí. Pero bueno, sin haberlos cometido, no habría comenzado a escribir, ¿no? Me prometí no desviarme del camino, y con una sonrisa afronté todo lo que vino. Y todo lo que escribo lo hago con 50 % razón - 50 % corazón. Yo no me saco la polla, yo me exprimo el corazón. Lo imprimo con cuidado en cada renglón, cada verso, a mí no me importa mostrar que tengo problemas igual que el resto.

Aún así debo aprender que también tengo derecho a rallarme y echar de menos. también tengo derecho a comerme el coco por tonterías. No soy un santo, también tengo derecho a pecar, ya te digo yo que no pienso ir al cielo.

A veces me apetece evadirme del mundo un tiempo, pensar en mí mismo, y ser un poco más egoísta de lo que decían que estaba siendo. Sé pedir perdón, y perdonar si es necesario. Guardo rencor, ese es otro de mis más y mis menos. Pero sé decir que no, aunque no sé olvidar lo que hace daño.

Y ya con 23 echo la vista atrás y a pesar de todo estoy orgulloso por lo que pude lograr. Con el tiempo aprendí que no se es menos hombre porque alguien te vea llorar. Aprendí que nacemos con alas, pero que a unos se las cortan y otros no tienen el valor de echar a volar.

Y aunque aún no, sé que volveré a sentirme invencible. Porque así crecí, viví, y seguí. Y es por eso por lo que algún día volveré a sentirme libre. Como siempre, a paso firme. Porque ni partiéndome la cara me he planteado rendirme.

domingo, 6 de noviembre de 2016

DEJA QUE TE CUENTE

Malditos sentimientos, ay...quien los comprendiera. Son como un cuadro de Picasso, no puede entenderlos cualquiera. Muchos han juzgado como soy tan sólo con verme, y yo con casi 23 sigo buscando conocerme. Siempre he sido de los que sienten las cosas intensamente, me he enamorado inocentemente y he llorado tantas veces. Me he partido la cara por amigos y por gente a la que ya no veo, y es que la gente como tú no siente. He cometido errores importantes, porque dejé de sentir las cosas como lo hacía antes. Me martirizo a diario por esos errores del pasado, y es que a pesar del paso del tiempo las cicatrices aún no han sanado. Cómo puedo quererla tanto y ser tan capullo con esa persona, como se nota que el corazón nunca razona. Soy como el tiempo, a veces hace sol, a veces llueve, para que luego digan que la regla es sólo cosa de mujeres. Y aunque suene a excusa, soy humano. Ya no me hago ilusiones, ahora me quedo con lo bueno, y aprendo de lo malo. "Hermanos" que me traicionaron, me vendieron cual Judas sin un porqué. Cicatrices que me recuerdan que siempre permanece el ayer. Pensaba que me conocía, pero fue un error, a veces la vida es muy cómica y te hace ver lo peor para que aprecies lo mejor. Dije que de ese agua jamás bebería, y pasan los días y sigo siendo fiel a mi filosofía. Dar lo bueno por hecho y ofuscarme en lo negativo, llegué a tocar techo a pesar de estar hundido. Y es que el pesimismo es adictivo, siempre igual, 24/7 el mismo castigo. Pero es sólo un espejismo, o al menos eso dicen. Yo a día de hoy aún no lo sé, amigo. Fijo que tú también has llorado bajo la lluvia, o bajo la ducha, y que has hablado contigo mismo, que tú tampoco te escuchas. Fijo que tú también has estado siempre cuando te han necesitado, y otras veces te ha tocado ahogarte solo cuando has pasado un mal trago. Es en esos momentos cuando ves a los verdaderos amigos que sí que valen la pena. Siempre nadé a contracorriente, y aunque eso no fue fácil, siempre supe hacerle frente. Siempre fui autosuficiente, porque desde los trece supe que era diferente. La opinión de la gente nunca me importó, y cuanto menos me importaba más libre me sentía. Un día 'hice click' y cambió toda mi perspectiva, comencé a pensar en mí y a pasar de sus mentiras. Entonces, me miré al espejo y dije: "Despierta, nadie va a venir a llamar a tu puerta".